Herald editorial: Milei is a threat to Argentina

The far-right libertarian has displayed an open contempt for democratic institutions. Argentines can't afford to cast a blank ballot or sit this election out. / La versión en español se puede leer al final de este artículo.

On March 24 of this year, we relaunched the Buenos Aires Herald, vowing to honor its history of defending human rights and uphold its commitment to democratic coexistence in Argentina. 

Faced with the inflection point that Sunday’s presidential run-off represents, it is incumbent on us as the Buenos Aires Herald staff to communicate our position to our readers.

For years, the country has suffered grave economic decline, which our political representatives have failed to address. Understandably, the situation has given rise to profound popular frustration and anger. 

In this context, the far-right libertarian economist Javier Milei has surged to prominence as the frontrunner in the presidential race. We, the Buenos Aires Herald team, believe that a Milei government would pose a grave threat to democratic coexistence in Argentina.

Milei has consistently advocated for the withdrawal of the state as the guarantor of basic rights like healthcare and public education. These policies have already been tried in Argentina and other countries in the region with disastrous results, actively undermining state provisions that improve a population’s quality of life and save lives.

In a country where 40% of the population lives below the breadline, this commodification of public services would have devastating consequences for everyday Argentines, especially for the most vulnerable.

His proposal to dollarize Argentina’s economy would mean a loss of sovereignty and push millions more into poverty. While economists across the board agree on this and doubt its feasibility, Milei seems set on the idea.

We are concerned that Milei’s attempts to implement these proposals would significantly increase social tensions. His indication that security forces should be charged with mediating social conflict opens the door to institutional violence and repression.

During interviews, Milei has gone so far as to say that he ideologically supports liberalizing gun controls and the creation of markets for organs and children. That some of these ideas are not in his ambiguously-worded platform is beside the point: we are horrified that these topics have even been brought to the table.

On a human level, we are deeply concerned by how Milei’s discourse threatens fundamental human values such as social solidarity and community life. Each and every one of us on the team feels these proposals would attack our rights, as women, trans non-binary people, immigrants, LGBTQIA+ people, parents, graduates of and teachers at public universities, children of retired parents, relatives of those killed in the Malvinas war, and as journalists.

In line with the traditions and history of this publication, we believe that Milei publicly denying state terrorism on the campaign trail and choosing the denialist campaigner Victoria Villarruel as his running-mate are decisions of the utmost concern.

We must be categorical: the crimes against humanity committed by Argentina’s last civic-military dictatorship cannot be viewed as a “war.” The notion that there was a “dirty war,” and the related “two-demons” theory, exculpate perpetrators of genocide by implying that the 30,000 victims who were kidnapped, tortured, disappeared, and murdered were equals engaged in combat on an even footing. Denialists describe those crimes against humanity as “excesses” in an attempt to obfuscate the systematic nature of the dictatorship’s genocide. Never again, Nunca Más, is a basic consensus of Argentine democracy. We can give denialism no quarter.

Threats to democracy do not only come in the form of interruptions to the democratic order. They can also present themselves as democratic backsliding, in the form of the systematic installation of mistrust in the electoral process, violent digital attacks on the truth, and the cynicism of “alternative facts.”

Argentina’s democracy is bigger than any one election. If Milei should prevail on Sunday, we trust that it will prove resilient. But even if he loses, the cost of his political rise has already been immense. He has emboldened the most dangerous elements of the far right, resulting in attacks on minorities, demonization of the poor, and an institutionalization of hate speech. This is one of the greatest challenges for Argentine democracy.

Argentina’s future will be determined by a run-off election that polls suggest is on a knife edge. Under these circumstances, we believe that not voting or casting a blank ballot is insufficient to halt the serious threat Milei represents to institutional integrity and democratic coexistence.

Whoever becomes president on December 10 faces the monumental task of addressing Argentina’s economic and social crises. He must provide answers to the population’s demands without breaking the democratic consensus that we have spent 40 years building.


Editorial del Herald: Milei es una amenaza para la Argentina

El libertario de extrema derecha ha exhibido un claro desprecio por las instituciones democráticas. Los argentinos y argentinas no pueden permitirse no votar o votar en blanco.

El 24 de marzo de este año relanzamos el Buenos Aires Herald con la promesa de honrar su historia de defensa de los derechos humanos y mantener su compromiso con la convivencia democrática en Argentina. 

Ante el punto de inflexión que representa la segunda vuelta electoral de este domingo, nos corresponde al equipo del Buenos Aires Herald informar a nuestros lectores cuál es nuestra posición. 

Durante años, el país ha sufrido una grave degradación económica que nuestros representantes políticos no han logrado resolver. Entendiblemente, la situación ha generado una creciente frustración y enojo popular. 

En este contexto, el economista libertario de extrema derecha Javier Milei emergió como el principal candidato en la carrera por la presidencia. En el equipo del Buenos Aires Herald creemos que un gobierno de Milei representaría una grave amenaza a la convivencia democrática en Argentina. 

Milei ha defendido sostenidamente el retiro del estado en su rol de garante de derechos básicos como la salud y la educación públicas. Estas políticas ya se han intentado en Argentina y otros países de la región, con resultados desastrosos y socavando las herramientas estatales que mejoran la calidad de vida de la población y salvan vidas. 

En un país en el que el 40% de la población vive bajo la línea de pobreza, esta mercantilización de los servicios básicos tendría consecuencias devastadoras para los argentinos de a pie, en especial para los más vulnerables. 

Su propuesta de dolarizar la economía argentina resultaría en una pérdida de soberanía, condenando a millones de personas a la pobreza. Mientras economistas de todos los signos políticos concuerdan en esto y dudan de su viabilidad, Milei parece continuar decidido a aplicar esta idea.  

Nos preocupa que los intentos de Milei por implementar estas propuestas aumenten significativamente las tensiones sociales. Y su indicio de que las fuerzas de seguridad deberían ser las encargadas de mediar en el conflicto social le abre la puerta a la violencia institucional y la represión.

En algunas de sus entrevistas, Milei ha llegado a decir que apoya ideológicamente la liberación del control de armas y la creación de mercados de órganos y niños. El hecho de que algunas de estas ideas no estén en su ambigua plataforma no va al caso: nos horroriza el hecho de que estos temas se estén siquiera discutiendo.   

A nivel humano, nos preocupa profundamente el modo en que el discurso de Milei amenaza valores humanos esenciales como la solidaridad social y la vida comunitaria. Todos y cada uno de los miembros del equipo creemos que estas propuestas irían en contra de nuestros derechos no solo como periodistas sino también como mujeres, personas trans no-binaries, inmigrantes, miembros del colectivo LGBTQIA+, padres, graduados y docentes de universidades públicas, y familiares de caídos en Malvinas.  

En línea con las tradiciones y la historia de esta publicación, creemos que el hecho de que Milei haya negado públicamente el terrorismo de estado durante su campaña y haya elegido a la negacionista Victoria Villarruel como compañera de fórmula son decisiones absolutamente preocupantes. 

Debemos ser categóricos: los crímenes de lesa humanidad cometidos por la última dictadura cívico-militar en Argentina no pueden ser vistos como parte de una “guerra”. La idea de una “guerra sucia” y la “teoría de los dos demonios” exculpan a los genocidas al sugerir que las 30,000 víctimas que fueron secuestradas, torturadas, desaparecidas y asesinadas eran enemigos en un combate en igualdad de condiciones. Los negacionistas describen estos crímenes de lesa humanidad como “excesos”, en un intento por velar la naturaleza sistemática del genocidio perpetrado por la dictadura. El Nunca Más es un consenso básico de la democracia argentina. No podemos permitir el negacionismo.   

Las amenazas a la democracia no se dan sólo en la forma de interrupciones del orden democrático. También pueden presentarse como un retroceso democrático en la forma de la sistemática instalación de la desconfianza en el proceso electoral, ataques digitales violentos a la verdad, y el cinismo de las “versiones alternativas”.  

La democracia argentina es más grande que una elección. Si Milei ganara este domingo, confiamos en que esta demostrará ser resistente. Pero incluso si pierde, los costos de su ascenso político ya han sido inmensos. Ha envalentonado a los elementos más peligrosos de la extrema derecha, causando ataques a minorías, la demonización de los pobres, y la institucionalización de los discursos de odio. Este es uno de los grandes desafíos de la democracia argentina. 

El futuro de Argentina se decidirá en una segunda vuelta electoral que, según las encuestas, tendrá un final muy ajustado. En estas circunstancias, creemos que no votar o votar en blanco no es suficiente para detener la grave amenaza que Milei representa para la integridad institucional y la convivencia democrática.  

Quien sea elegido presidente el 10 de diciembre enfrentará la monumental tarea de resolver la crisis económica y social de Argentina. Deberá dar respuestas a las demandas de la gente, sin quebrar los consensos democráticos que hemos construido a lo largo de los últimos 40 años.

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